Tenemos una educación que, en general, entiende el error como un fracaso.
En cambio, en la escuela Waldorf a la que iba mi hijo no tenían goma de borrar en su estuche, es decir, la goma de borrar no era un elemento presente en el día a día de la escuela. Además, en los primeros años de primaria, escribían con lápices de colores. Puede que estés pensando: “¿Y cómo lo hacían cuando se equivocaban?”. Pues bien, cuando escribían o dibujaban y el resultado no era lo que querían o planeaban, simplemente lo tachaban de manera bonita y creativa y continuaban con su proyecto. ¡Increíble, ¿verdad?!
Eso, por supuesto, fomenta una cultura en la que no se teme al error. De hecho, te hace entender que no hay errores como tal, solo desvíos, y como en la vida misma, no podemos borrarlos, pero sí corregirlos de la mejor manera posible y seguir adelante.
Este era también un tema que mi profesora Ute Strub solía trabajar en sus talleres. Por ejemplo, ¿puedo jugar a equilibrar una vara en la punta de mi dedo y aceptar con tranquilidad el hecho de que se caiga al suelo? ¿O lo viviré como un fracaso, poniéndome tensa y bloqueando mi respiración?
Hace una semana me acordé de todo esto mientras escuchaba un podcast de @HubermanLab (tiene algunas entrevistas muy interesantes sobre la ciencia aplicada a la vida y la salud, aunque solo está en inglés). En uno de los episodios hablaba sobre cómo, cuando cometemos errores, aumentamos la neuroplasticidad en nuestro cerebro. Es decir, cuando nos equivocamos, no solo aprendemos de nuestros errores, como se suele decir, sino que nuestro cerebro se prepara para aprender más y mejor.
Así que es muy interesante dedicar un tiempo en nuestro día a día a probar cosas nuevas y aprender nuevas habilidades que no dominamos para generar más plasticidad en nuestro cerebro. Si empezamos nosotros les vamos a dar un buen modelo a los niños. Pensando en cómo introducir un elemento que no domino muy bien y que implique pequeñas dosis de «error y equivocación» en mi rutina diaria, recuperé las bolas de malabares que tenía guardadas en un armario desde hace años. Y aquí me tenéis, un ratito todos los días, recogiendo las bolas del suelo con alegría, una y otra vez, mejorando paso a paso mi coordinación y equilibrio…
Ojalá muchos niños puedan crecer con alegría por aprender, seguros de sí mismos, sin miedo a equivocarse y con una buena capacidad para gestionar la frustración. Que puedan cultivar una actitud amable hacia ellos mismos, sin sufrir por equivocarse, en un entorno donde no se fomente el perfeccionismo ni la competitividad pero sí el placer de perseverar y desarrollarse plenamente sin estrés.
Y hablando sobre satisfacción, seguridad, autoestima y la gestión de las frustraciones…
Tengo algo muy importante que quiero contarte: Finalmente ya está disponible el curso digital que he preparado con ING Edicions sobre
“El arte de acompañar las emociones de los niños“
En este curso comparto estrategias y herramientas prácticas para acompañar los momentos de gran intensidad emocional como la rabia, la frustración, el miedo, la tristeza, etc., donde muchas veces nos sentimos desbordados e impotentes. Son 25 lecciones en video y al finalizar el curso podrás participar de una sesión en directo conmigo para hacer preguntas y resolver dudas.
Atención, porque las plazas son limitadas: de momento pondremos en venta tan solo 250 plazas y estarán disponibles solo hasta el día 16 de febrero. Aquí te dejo el enlace para que puedas unirte: “El arte de acompañar las emociones de los niños”
Gracias por estar aquí. Al final de este correo puedes dejar un comentario, compartirlo o suscribirte a mi Newsletter si aún no lo has hecho. Nos volveremos a encontrar en marzo.
Un fuerte abrazo y ¡hasta pronto!
Si necesitas una consulta online o si quieres información sobre cursos y charlas, puedes encontrarme en www.soniakliass.com y/o en Instagram @soniakliass
Aquí tienes los enlaces para acceder a mis dos libros: “El arte de poner límites“ y “El arte de dar libertad“
Sonia, siempre es esclarecedor tu enfoque y te lo agradezco muchísimo. Equivocarnos es una tremenda oportunidad que abre nuestra mente porque la vulnerabilidad nos hace permeables si lo permitimos con conciencia de cambio y superación
Me encantaría poder formar parte del taller de Acompañamiento pero en este momento no tengo disponibilidad económica para asumirlo . Espero que lo repitas 😘
Super interesante, el tema Sonia, no vivir el error o la equivocación como un fracaso, sino como una oportunidad para aprender. Equivocarnos es lo mas humano, pero no lo aceptamos y menos como una oportunidad de aprendizaje. Bravo, me ha gustado mucho!!!